Parquímetros humanos sufren discriminación por su trabajo

Diversos adjetivos reciben los cuidadores de autos de la calle Dardignac, de parte de los automovilistas que deciden estacionarse en el sector de Pío Nono, tales como que son ladrones, que se aprovechan de los extranjeros, o que no hacen buen uso del parquímetro, lo que justifica su actitud muchas veces irascible.

Texto: Natalia Vega

El parquímetro Alberto González del sector de Dardignac, lleva tres años trabajando en este oficio, que muchas veces le trae malos ratos. Después de que se han dado a conocer noticias como la de los cuidadores de autos ilegales, que apunta a aquellas personas que hacen mal uso de las calles, lucrando con las personas y estafándolas, los parquímetros oficiales de la municipalidad, sufren de la discriminación que les ha significado el deterioro de su imagen.

“Este trabajo es asociado con hombres aprovechadores, pillos o hasta pedófilos. La gente cree que somos delincuentes, que sacamos partido de las personas inocentes, cuando eso no es verdad. Es un trabajo sacrificado, muchos compañeros han sido agredidos por personas que están de mal humor, o que no están de acuerdo con el cobro que se les hace”, señala González frente al trabajo que ocupa la mayor parte de sus días.

El peligro que corren los cuidadores de autos al trabajar, no es desconocido. Cada semana se sabe de un nuevo caso de violencia hacia estos trabajadores. Hace algunos días se informó que en Punta Arenas, un hombre y dos mujeres que se encontraban en estado de ebriedad, protagonizaron un asalto a un cuidador de vehículos. El trío, puso sus ojos en el hombre de 55 años, que había ganado varias propinas ese día.

Justo cuando había terminado su labor diaria y se dirigía a su hogar, los antisociales le exigieron todo el dinero que había recaudado del día, y que había ganado con mucho esfuerzo, pero el parquímetro se negó, a lo que el sujeto que acompañaba a las mujeres tomó una gran piedra y lo golpeó fuertemente en la nariz, provocándole una fractura en el tabique nasal, según informó el médico de turno del Hospital Regional.

El riesgo que corren cada día los parquímetros, es atribuido a que no hay vigilancia policial cercana a ellos. Sin embargo, en el plan de remodelación de Pío Nono, se han aumentado las patrullas de carabineros, lo que según Alberto González, les da más seguridad y le permite “trabajar más tranquilo”. Aunque los insultos que reciben por simple inconformidad no se han acabado, “es la idiosincrasia del chileno” manifiesta este hombre de 36 años.

González ha sufrido con personas que cuando se retiran del estacionamiento, tratan de pasarlo a llevar con el auto. Y generalmente les gritan. “Son muchas las humillaciones, mi familia no me cree, pero la gente es mal educada, los chilenos no saben lo que es trabajar de parquímetro”.


Desventuras de un hombre parquímetro


Cada día es largo e intenso. Así define su trabajo el parquímetro de la calle Dardignac, Alberto González de 36 años, quién dedica su vida a este oficio, que le ha significado dejar su orgullo de lado, y afrontar el esfuerzo que significa soportar a los irrespetuosos automovilistas que aparecen esporádicamente. Si le preguntan acaso preferiría realizar otro trabajo, asiente sin dudar. Y es que los días son duros, sobre todo los lluviosos. Y su sueldo no le alcanza para mantener a su familia.
“Tengo cuatro hijos, que son niños todavía y mi esposa no trabaja, porque tiene problemas en una pierna y le cuesta caminar. Yo soy el que tiene que mantener a toda la familia, y bastante difícil. En los días buenos, puedo llevar más plata a la casa, y sobre todo cuando me dan propinas extra, aunque eso no siempre pasa. En los días malos, hay que rasguñar las paredes nomás” afirma este hombre de 36 años, quién no tiene la opción de elegir otro trabajo, porque asegura que no hay ninguno que le paguen más dinero.

Su situación se ve acrecentado con la crisis económica mundial, por lo que él afirma que “desde que empezó, la gente se ve más complicada para pagar, algunos se ponen a pelear porque dicen que el parquímetro está mal, que no es el monto correcto. Inventan cualquier excusa para pagar menos, o simplemente se van indignados”.

Un día de su vida se caracteriza por las discusiones, por los reproches y las acusaciones de cobrar mal. Dice que le da rabia que existan cuidadores de autos ilegales, porque denigran su trabajo, y genera el repudio de las personas que al verlo, se ponen a la defensiva y cuidan de que no se acerquen demasiado.

“Siempre llego triste a mi casa después de un día de trabajo. La gente me trata mal, me insulta, y lo lamentable es que no puedo dejar el trabajo, por mi familia y porque no hay otras oportunidades para mantenernos bien”.

El sector donde trabaja, que es el barrio Pío Nono, no es una calle permitida para estacionar, pero en los alrededores como Dardignac, Ernesto Pinto o Antonia López, si se puede y ahí es donde aparecen los cuidadores ilegales, los que les quitan credibilidad a los contratados por la municipalidad.

Pero aparte de ser comparados con los que realizan labores ilícitas, en reiteradas ocasiones, se les acusa de hacer negocios paralelos, a través de los cobros de propinas, y de hacer trampa con las boletas, cambiándoles la fecha. “Dicen que podemos llegar a ganar 100 mil pesos diarios. Eso es algo muy lejano a mi realidad, con suerte llego a los 15 mil pesos por día. Hay algunos que les piden a los automovilistas una cuota mensual como especie de retribución, pero yo soy honesto y gano lo que corresponde”.

Sin duda alguna que los parquímetros humanos debiesen ser respetados en Santiago, donde su trabajo no es bien recibido, pero a la vez cuenta con una gran importancia ya que el control de sus máquinas permite tener informes acorde al tiempo de estacionamiento de las personas.
Probablemente la solución a los problemas con los que conviven, sería que las autoridades realizaran una capacitación adecuada para que cumplan sus funciones de manera correcta, y así no sigan siendo menospreciados por lo automovilistas, que descargan su ira en estas personas que simplemente están realizando su trabajo.

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