El hombre detrás de
LA TOMA
Cuarenta y tres días de movilización, pancartas que reflejaron el sentir de los estudiantes, cerca de mil personas de manera itinerante en toma, un decano renunciado, y un hombre detrás: Gabriel Boric Font, presidente y vocero del Centro de Estudiantes de Derecho de la Facultad más antigua del país.
Texto: Katherin del Solar Hurtado.
Al caminar por la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile ubicada en la entrada del Barrio Bellavista, se respira tranquilidad. Atrás quedaron los intensos 43 días de movilización con los que los alumnos buscaron llevar a cabo un proceso de reforma académica, que terminó en la toma del edificio ubicado en calle Pío Nono como único recurso para ser escuchados, porque el diálogo y la proactividad de las autoridades no se hicieron suficientes a la hora de solucionar los conflictos.
Es viernes y a las 13.30 horas se refleja un ambiente de relajo. Probablemente es la hora de colación y los estudiantes se juntan en la entrada de la Universidad, ya sea sentados en las escaleras o en los pasillos, para compartir o simplemente tomarse un descanso en medio de la recalendarización de actividades que los mantendrá en clases hasta el 31 de julio, tras lo cual enfrentarán un decisivo período de exámenes, hasta que finalmente partan el segundo semestre el primero de septiembre. Ahí, en medio de este contexto aparece Gabriel Boric, el presidente del Centro de Alumnos de la facultad, el hombre más mediático de la toma y quien tuvo a su cargo los días más agobiantes de la movilización.
Dueño de una mirada profunda, sonrisa amable y un ceño de seriedad, pese a sus cortos 23 años, este joven de estilo más bien retro sabe bien lo que quiere. “La Facultad de Derecho de la Universidad de Chile tiene un rol fundamental que jugar en la sociedad y había sido paulatinamente dejado de lado. Se necesitaba un reimpulso y un shock muy grande que finalmente derivó en la toma. Yo sólo fui el vocero, no había intereses personales jugados en esto. Siempre actué bajo el mandato de la asamblea, institucionalidad a la que respeto mucho’’, afirma. Así, se transformó en el líder del movimiento desde el pasado 29 de abril, cuando se decidió la toma del edificio. A partir de entonces, todas las decisiones pasaron por él y por el grupo que dirigió.
Desde los días de movimiento hasta hoy la apariencia de este futuro abogado ha cambiado, así como quedó atrás la movilización, también lo hizo su barba espesa que dio paso a un bigote definido y unos pocos pelos en el mentón. Si se preocupa o no de su
apariencia es algo desconocido, pero lo que sí se sabe es que se encarga de elegir detalladamente el consumo cultural que se atraviesa por su vida. Amante de la buena música, asegura que tiene un amplio espectro musical, pero que no escucha de todo, porque eso significa que en realidad no escucha nada. “De chico me gustaba mucho el punk en español, Fiskales, Miserables, Fun People, Loquero. Al mismo tiempo comencé a escuchar Nirvana como un proceso natural y actualmente mi banda de cabecera es Radiohead’’. Además, afirma que tiene una vertiente más cultural como Noel Nicola, Silvio Rodríguez, Intillimani, Quilapallun, toda la nueva música chilena como Manuel García, Chico Trujillo, Mano Ajena y Banda Conmoción, y también música más compleja como Pink Floyd y el mismo Radiohead. “Me gusta harto la música, estoy constantemente escuchando y tratando de descubrir nuevas tendencias’’.
Es viernes y a las 13.30 horas se refleja un ambiente de relajo. Probablemente es la hora de colación y los estudiantes se juntan en la entrada de la Universidad, ya sea sentados en las escaleras o en los pasillos, para compartir o simplemente tomarse un descanso en medio de la recalendarización de actividades que los mantendrá en clases hasta el 31 de julio, tras lo cual enfrentarán un decisivo período de exámenes, hasta que finalmente partan el segundo semestre el primero de septiembre. Ahí, en medio de este contexto aparece Gabriel Boric, el presidente del Centro de Alumnos de la facultad, el hombre más mediático de la toma y quien tuvo a su cargo los días más agobiantes de la movilización.
Desde los días de movimiento hasta hoy la apariencia de este futuro abogado ha cambiado, así como quedó atrás la movilización, también lo hizo su barba espesa que dio paso a un bigote definido y unos pocos pelos en el mentón. Si se preocupa o no de su
apariencia es algo desconocido, pero lo que sí se sabe es que se encarga de elegir detalladamente el consumo cultural que se atraviesa por su vida. Amante de la buena música, asegura que tiene un amplio espectro musical, pero que no escucha de todo, porque eso significa que en realidad no escucha nada. “De chico me gustaba mucho el punk en español, Fiskales, Miserables, Fun People, Loquero. Al mismo tiempo comencé a escuchar Nirvana como un proceso natural y actualmente mi banda de cabecera es Radiohead’’. Además, afirma que tiene una vertiente más cultural como Noel Nicola, Silvio Rodríguez, Intillimani, Quilapallun, toda la nueva música chilena como Manuel García, Chico Trujillo, Mano Ajena y Banda Conmoción, y también música más compleja como Pink Floyd y el mismo Radiohead. “Me gusta harto la música, estoy constantemente escuchando y tratando de descubrir nuevas tendencias’’.
Boric es un tipo inteligente y lo sabe. Salió con promedio 6.4 del Colegio Británico de Punta Arenas y tiene buenas notas también en la Universidad. Estudia derecho más que por vocación de abogado, por gusto académico y asegura que no se ve litigando en tribunales, sino más bien dedicado a la universidad y a la investigación. Pertenece a los “Estudiantes Autónomos”, corriente que se expresa de diversas maneras inorgánicas y no forma parte de ningún partido político, porque no cree en ellos. “No creo en las estructuras centrales, no creo en los partidos, no creo en la democracia representativa, porque me parece que fomenta una disociación entre representantes y representados que finalmente termina aislando las grandes decisiones de la gente. Creo en el empoderamiento del individuo y eso claramente no se logra a través de la actual institucionalidad’’.Así de claro como es en su postura política, lo es también en su pasión por la lectura. Reconoce que se pegó mucho tiempo con la Saga “Fundación”, de Isaac Asimov y que su libro favorito es “Diccionario de las veletas y otros relatos portuarios”, un texto poco conocido de Óscar Barrientos, un autor chileno. Actualmente está leyendo “La guerra del fin del mundo”, de Mario Vargas Llosa, y pretende empezar “Los Miserables’’, de Víctor Hugo, cuando termine el anterior.
Pese a esto, afirma que tiene una buena impresión respecto al tratamiento de este conflicto por parte de los medios. De seguro se frena y deja de lado comentarios más ácidos por respeto a su hermano, estudiante de Periodismo de la misma casa de estudios a la que él pertenece y su única compañía aquí en Santiago, pues sus padres viven en Punta Arenas. Al hablar de ellos, su voz se torna entrecortada lo que denota la nostalgia por no tenerlos cerca, pero afirma que la distancia y los más de 3.090 Kilómetros que los separan, no fueron un impedimento para contar con su apoyo en este proceso, pues siempre mantuvo el contacto. “Mis papas tuvieron mucho aguante durante todo esto, me apoyaron mucho, conversábamos todo lo que pasaba en la toma“.
Y es que manejar una movilización de este tipo no fue nada fácil, por todos los días de duración y la gran cantidad de participantes. “Fue una toma bien compleja, nadie esperaba que fuera tan larga, pero eso si, estuvo muy bien organizada. Se formaron comisiones muy domésticas, como la de aseo, finanzas, cocina, seguridad, relaciones públicas, entre otras, porque en el fondo acá había que mantener una casa para mil personas, porque en forma itinerante, esa fue la cantidad de participantes“.Así, se vivieron 43 días de movilización, los que finalmente acabaron cuando los estudiantes de derecho decidieron volver a clases y deponer la toma, una vez que oficializó su renuncia el decano Roberto Nahum, aunque Boric asegura que ese no fue nunca el objetivo principal. “El profesor Nahum era sólo una piedra de tope para las reformas que propusimos, aunque estamos contentos de que haya honrado su compromiso ante el consejo universitario y haya renunciado. Esperamos que con las nuevas autoridades se haga posible lo que los estudiantes hemos planteado y haya eco en los sectores académicos“.
Pero por ahora, a este racionalista revolucionario con tintes románticos, como el mismo se define, no le queda más que esperar para saber si el trabajo detrás de esta toma da los frutos esperados, si se cumplen las promesas y si finalmente se llevan a cabo las profundas reformas que fueron el objetivo central de toda esta movilización.
La toma en imágenes:
(Fuente: www.youtube.com)
(Fuente: www.youtube.com)




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